El alcázar del Rey don Pedro se encuentra al oeste del recinto amurallado, y en el punto más alto, de la localidad de Carmona, en el centro de la provincia de Sevilla, y próxima a la capital provincial. Su comunicación es bastante buena pues cerca se encuentra la carretera nacional.
Dada su situación en el fértil valle del Guadalquivir, los asentamientos humanos en esta zona se han sucedido desde muy antiguo. tico. Fue colonizada por los fenicios y cartagineses, y se convirtió en una ciudad romana de gran importancia como lo atestiguan las murallas y puertas, modificadas en la época almohade y, luego, en el siglo XVIII (puertas de Sevilla y Córdoba) y sobre todo la necrópolis, en el exterior de la ciudad, que contaba con no menos de ochocientas tumbas, algunas de las cuales tienen el aspecto de una villa romana.
En el año 884 Carmona sirvió de refugio a los sevillanos que huían de los normandos. En el año 895 esta plaza fue conquista por Al-Mudaffar. Tras cinco siglos de historia musulmana, Carmona fue reconquistada por Fernando III el Santo en el año 1247. Carmona sufrió el asedio de su vecina Sevilla hasta incorporarla a su reino en el año 1502.
El alcázar Real o del Rey don Pedro era originalmente un alcázar árabe, pero en el siglo XIV Pedro I el Cruel lo convirtió en un fastuoso palacio, residencia y cárcel sucesivamente de sus amigas la Padilla, la Coronel y la Guzmán, hasta que los Reyes católicos emprendieron su reconstrucción, levantaron el cubete y embellecieron las dependencias reales, pero desistieron por los destrozos causados por el terremoto de 1504.
El palacio-fortaleza es de forma rectangular, se adapta al terreno en que se asienta y se articula en dos recintos también rectangulares. El primero de los recintos posee en uno de sus ángulos una torre en forma de cubo circular. Al oeste se sitúa la torre-puerta. El otro recinto también está reforzado por una barrera defensiva y varias torres, entre las que destaca la de la Piedad y la del Homenaje. Las torres son el elemento defensivo que prolifera a lo largo de todo el edificio.
La torre de la Piedad permite el acceso a la zona interior del recinto. La torre del Homenaje es de mayores dimensiones que las restantes, está rematada por una estructura de almenas defensivas y posee una saetera en su centro.
Un aspecto destacado de este edificio es su rica decoración. El palacio se situaba en torno a un patio decorado con columnas de mármol, paredes alicatadas y arcos de estilo mudéjar. Todo esto denota una clara influencia árabe. Otras dependencias destacables son la Cámara Real y la Capilla. Muy interesante también es la doble puerta árabe de ladrillo, con un gran arco de herradura apuntado, sobre la que se ven los restos del soberbio matacán que la defendía.
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