Situado en el Camino de Santiago, el municipio es conocido por sus monumentos románicos y góticos, entre los que destaca el Pantocrator de la iglesia de Santiago, una de las cumbres de la escultura románica. La rura jacobea conocida como Camino de Santiago del Norte: Ruta del Besaya empalma en Carrión con el Camino Francés.
Tradicionalmente se afirma que el nombre de los Condes se refiere a los condes Gómez Díaz, del linaje de los Banu Gomez, y su mujer Teresa Peláez, quienes construyeron en 1047 el convento benedictino de San Zoilo, el puente sobre el río Carrión y un hospital de peregrinos. Sin embargo, no consta el nombre completo Carrión de los Condes hasta el año 1522, en el testamento de Aldonza Manrique.
Tuvieron gran importancia para Carrión los Marqueses de Aguilar de Campoo condes de Castañeda, descendientes del linaje real de castilla por el conde Tello de Castilla y de los linajes de la Vega, Girón y Cisneros. De la primera condesa de Castañeda, Aldonza Tellez de Castilla y de su esposo García Fernández Manrique, que fundaron y dotaron el hospital de la Trinidad, fueron hijos Juan Fernández Manrique, marqués de Aguilar y conde de Castañeda, y Gabriel Manrique, conde de Osorno, quienes fundaron una hermandad con el conde de Treviño y duque de Nájera, su primo, para evitar que la villa de Carrión saliera del patrimonio de la Corona real (realengo) y pudiera llegar a poder del conde de Benavente, Rodrigo Alonso Pimentel (1419-1474), que la pretendía. El Concejo de Carrión renovó este pacto en 1462. A esta hermandad se debe el apellido de los Condes que lleva la ciudad, y no a los renombrados condes Gómez Díaz y Teresa Pelaéz, como equivocadamente se cree.
Durante la Alta Edad Media, Carrión de los Condes fue una de las ciudades más importantes de los reinos cristianos y en ella se celebraron cortes y sínodos.
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