Bratislava está en las estribaciones de los Pequeños Cárpatos, en un territorio tradicionalmente activo en lo histórico y comercial. Tiene una activa vida económica, con industrias químicas, de automoción y mecánicas.
Un viejo castillo, ubicado sobre un cerro, domina esta ciudad en la que aún se aprecian edificaciones diversas que atestiguan el pasado, en el que tuvo momentos especialmente florecientes, como los días en los que perteneció al imperio austrohúngaro.
Denominada como Pressburg (Presburgo) por los alemanes, y Pozsony por los húngaros, desde 1919 la ciudad quedó con el nombre de Bratislava.
Se dice que la población resultó relativamente poco dañada en la Segunda Guerra Mundial pero que -paradójicamente- el desarrollismo posterior acabó con diversos elementos de su patrimonio artístico. Aún así merece la pena recorrer y hacer turismo por esta capital de Eslovaquia.
Aquí fue donde Napoleón firmó un tratado con Francisco I por el que el emperador austriaco cedía Venecia a Francia, tras la derrota de Austerlitz.
En XIX la ciudad atizó los movimientos independentistas de Eslovaquia.
Derrotado el Imperio austrohúngaro, al termino de la Primera Guerra Mundial se creó Checoslovaquia. La ciudad perdió el nombre alemán (Presburgo) y pasó a denominarse Bratislava, convirtiéndose en capital de la provincia de Eslovaquia.
En 1993, cuando se disolvió pacíficamente la unión de checos y eslovacos, Bratislava quedó como capital de la República de Eslovaquia.
Bueno, bueno, eres un viajero impenitente por lo que veo. Ya me gustaría compartir u viaje de estos contigo y traerme un buen álbum de fotos, como estas.
ResponderEliminarSaludos.