jueves, 23 de junio de 2011

Viena (Palacio de Schönbrunn).

El Palacio de Schönbrunn, también conocido como el Versalles vienés, es uno de los principales edificios históricos y culturales de Austria, desde el siglo XIX ha sido una de las principales atracciones turísticas de la ciudad de Viena y ha aparecido en postales, documentales y diversos filmes cinematográficos.

En 1559 el emperador Maximiliano II hizo construir un pequeño palacio de caza que sería destruido completamente en el segundo sitio de Viena (1683). A raíz de ello, el emperador Leopoldo I encarga a Johann Bernhard Fischer von Erlach la construcción de un palacio para su hijo José (futuro José I). El arquitecto presenta un plan que de una manera muy reducida a sus pretensiones iniciales encuentra realización entre los años 1692 y 1713. De esta primera construcción sólo queda la Capilla de Palacio (Schlosskapelle) y la Escalera Azul (Blaue Stiege) con un fresco de Sebastiano Ricci.

Carlos VI no mostró especial interés en Schönbrunn, pero será su hija, Maria Teresa quien convertiría el palacio en residencia veraniega de los Habsburgo; status que conservaría hasta el final de la monarquía en 1918.

Durante el gobierno de María Teresa se procede además a una ampliación importante del palacio bajo la batuta de Nikolaus von Pacassi, quien ya había trabajado también para la familia imperial en Hofburg. La mayor parte de la decoración interior tiene su origen en esta época y es una de las pocas muestras existentes del llamado rococó austriaco.

Hacia 1765 Johann Ferdinand Hetzendorf von Hohenberg, que es considerado ya un representante de la primera etapa del clasicismo, asume la dirección de los trabajos de construcción del palacio. Su obra más significativa es la Glorieta que completa ópticamente el gran parque palaciego.

Entre 1817 y 1819 Johann Aman lleva a cabo una unificación y simplificación de la fachada siguiendo ya claramente los dictados del clasicismo. De esa época es también el color amarillo tan característico de la fachada, que hasta el siglo XX constituiría una de las "marcas" de la monarquía habsburga, pues todos los edificios oficiales estaban pintados con el mismo color.


1 comentario:

  1. Como siempre que paseo por este blog, he pasado un rato agradable leyendo la exhaustiva documentación histórica que aportas y además me alegré la vista con unas fotos muy bien elegidas.
    Saludos amigo.

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