El castillo de Cofrentes se alza sobre un cerro en la parte más elevada de la confluencia de los ríos Júcar y Cabriel, en la localidad de Cofrentes, en la comarca de Vall d'Aiora de la provincia de Valencia, dominando el espacio circundante.
El municipio de Cofrentes se sitúa en el suroreste de la provincia valenciana, un poco alejado de la capital y ubicado en la margen derecha del río Cabriel, distando pocos kilómetros de la frontera con su provincia vecina Albacete.
Esta zona, fronteriza entre los reinos árabes y las coronas de Castilla y Aragón, cambió constantemente de manos durante el siglo XIII. Conquistada por Jaime I, la cedió a Castilla, que efectuó la repoblación. Perteneció al entonces infante Don Sancho, hijo de Alfonso X el Sabio. En el año 1304 toda la comarca retornó a la corona de Aragón, y pasó en manos de diferentes nobles que lo adquirían, mediante donaciones, por un tiempo o para toda la vida, y que le otorgaron diversos privilegios por su carácter fronterizo. La expulsión de los moriscos supuso un fuerte quebranto demográfico.
Participó activamente en las Guerras de Sucesión (bajo la causa del Archiduque), de la Independencia (en la que se destruyeron parte de sus muros) y en las Carlistas.
Uno de los aspectos más notables de la villa es la importancia que adquirió después de la llegada de la dinastía borbónica a la península. Cuando esto ocurrió, el territorio nacional se dividió en diferentes demarcaciones territoriales. Al frente de una de estas demarcaciones, se colocó la localidad de Cofrentes.
Participó activamente en las Guerras de Sucesión (bajo la causa del Archiduque), de la Independencia (en la que se destruyeron parte de sus muros) y en las Carlistas.
Uno de los aspectos más notables de la villa es la importancia que adquirió después de la llegada de la dinastía borbónica a la península. Cuando esto ocurrió, el territorio nacional se dividió en diferentes demarcaciones territoriales. Al frente de una de estas demarcaciones, se colocó la localidad de Cofrentes.
El recinto tiene planta rectangular con ocho cubos de mampostería rematados en almenas. Se accedía a él por medio de un puente levadizo y una puerta con forma de bóveda. El prominente cerro donde se asienta y el acantilado que hay en uno de sus lados nos muestran su difícil acceso. Una barrera o muralla rodeaba la población y la defendía de incursiones externas.
Las torres son el elemento que predomina a lo largo de toda la edificación. A la torre del homenaje se le llegó a agregar una estructura más para colocar un reloj. Esta torre tiene forma cuadrangular y presenta tres niveles. El resto de las torres son estructuras cúbicas, realizadas de forma tosca, que toman la forma del terreno en el que se asientan.
A lo largo del tiempo, ha alternado las funciones defensivas con las residenciales. De esta función residencial, destacaban las yeserías mudéjares que decoraban algunas de las estancias del edificio, varias ventanas con estilo gótico y elementos que denotaban, en general, esta función residencial que tuvo durante años.
Las torres son el elemento que predomina a lo largo de toda la edificación. A la torre del homenaje se le llegó a agregar una estructura más para colocar un reloj. Esta torre tiene forma cuadrangular y presenta tres niveles. El resto de las torres son estructuras cúbicas, realizadas de forma tosca, que toman la forma del terreno en el que se asientan.
A lo largo del tiempo, ha alternado las funciones defensivas con las residenciales. De esta función residencial, destacaban las yeserías mudéjares que decoraban algunas de las estancias del edificio, varias ventanas con estilo gótico y elementos que denotaban, en general, esta función residencial que tuvo durante años.
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